La inteligencia emocional en el trabajo resulta fundamental

Inteligencia emocional en el trabajo: ¿qué es y cuáles son sus ventajas?

La inteligencia emocional en el trabajo es un neoconcepto que está siendo implementado en múltiples ambientes laborales y dejando grandes ventajas a su paso. ¿Quieres saber más?

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Inteligencia emocional: un nuevo concepto

No debería sorprendernos que el liderazgo en las empresas apenas comience a aceptar la idea de la inteligencia emocional en el lugar de trabajo.

Este es un concepto relativamente nuevo que las organizaciones recién comienzan a tener en cuenta al administrar sus lugares de trabajo. Peter Salovey y John Mayer, dos profesores de los Estados Unidos, lo pusieron en marcha en 1990.

Descubrieron en su investigación, por ejemplo, que algunas personas eran muy buenas para identificar lo que otras sentían y que con esta habilidad podían resolver problemas relacionados con las emociones.

La inteligencia emocional obtuvo un amplio reconocimiento en 1995 gracias a la publicación del libro Inteligencia emocional de Daniel Goleman, el cual fue escrito en parte sobre la base de la investigación de Salovey y Mayer.

Inteligencia emocional se convirtió en un best seller internacional y no pasó mucho tiempo antes de que las empresas adoptaran sus ideas para aplicarlas en los lugares de trabajo.

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Importancia de la inteligencia emocional en el trabajo

La manera tradicional de considerar la inteligencia enfatizaba el coeficiente (o cociente) intelectual (IQ) de una persona. Si alguien tenía un coeficiente intelectual alto, significaba que era altamente empleable.

Pero esta idea ha ido evolucionando año tras año, a medida que cada vez más negocios se han percatado de que se necesita mucho más que un intelecto agudo para ser un excelente trabajador, no solo productivo sino buen compañero de equipo, sociable, de buena actitud, etcétera.

Sí, las organizaciones aún quieren contratar personas inteligentes, pero aun más crítico es un empleado que sepa cómo navegar en el entorno de la oficina con todos sus altibajos.

En este sentido, la inteligencia emocional en el trabajo (a veces denominada IE o EQ) puede resultar un factor más determinante en el éxito que el IQ.

Estos son algunos resultados de los investigadores

Para nadie es un secreto que los ejecutivos se están dando cuenta rápidamente de la importancia de la inteligencia emocional en el trabajo, pues promueve un buen crecimiento profesional.

Teniendo en cuenta las estadísticas de Statista, más del 40% de un grupo de líderes encuestados han afirmado que se trata de una habilidad fundamental tanto para el presente como en el futuro.

Investigaciones posteriores indican por qué los empleadores quieren que sus colaboradores tengan inteligencia emocional en el trabajo. Aquí te ofrecemos un vistazo a algunos de los números:

  • Un estudio de UC Berkeley determinó que la inteligencia emocional era cuatro veces mejor para predecir el éxito de una persona que su coeficiente intelectual;
  • En promedio, aquellos que tienen una inteligencia emocional más alta ganan 29,000 dólares más que las personas que tienen una inteligencia emocional baja;
  • Al observar a los mejores empleados en las empresas, el 90% tiene puntajes de inteligencia emocional altos;
  • Un estudio interno de PepsiCo encontró que los gerentes con una inteligencia emocional más fuerte en el trabajo superaron sus objetivos de ingresos anuales hasta en un 20%.

A partir de estas estadísticas, no es de extrañar que las empresas se hayan interesado en contratar personas que demuestren inteligencia emocional en el trabajo. Quieren ver que sus equipos se desempeñen mejor y manejen los conflictos de manera madura.

A medida que más organizaciones entienden por qué la inteligencia emocional es una aptitud laboral que rinde frutos, se vuelve cada vez más relevante que las personas desarrollen las características de alguien con un puntaje EQ alto.

5 elementos de la inteligencia emocional en el trabajo y cómo mejorarlos

Daniel Goleman, cuando popularizó el concepto de inteligencia emocional, dividió el concepto en cuatro elementos:

  • Autoconciencia;
  • Autorregulación;
  • Empatía;
  • Habilidad social.

Investigaciones posteriores han ampliado esta idea, y algunos expertos incluyen la motivación como elemento adicional. Cabe destacar que todos estos componentes funcionan en conjunto para promover una óptima inteligencia emocional en el trabajo.

1. Autoconciencia

La autoconciencia implica la capacidad de reconocer los propios sentimientos y emociones. Las personas con un alto nivel de esta habilidad prestan mucha atención a cómo se sienten en un momento dado.

Entienden que sus emociones tienen un impacto cercano en cómo responden a ciertas situaciones y saben que tomar una decisión repentina durante un momento muy emotivo puede tener consecuencias negativas en el futuro.

La autoconciencia también implica observar cuáles son las fortalezas y debilidades propias. Tal vez alguien sepa que tiene dificultades para comunicarse con los demás, y se hace consciente de que debe mejorar ese aspecto.

Así puedes mejorar la autoconciencia en el lugar de trabajo:

  • Habla con los compañeros del equipo de trabajo y escucha lo que tienen que decir;
  • Evalúa las debilidades emocionales;
  • Crea una rutina matutina que te ponga en el estado de ánimo adecuado para comenzar el día;
  • Evita tomar decisiones en momentos emotivos;
  • Crea un horario que asegure que el trabajo se haga antes de tiempo.

2. Autorregulación

Después de que alguien se da cuenta de sus emociones, debe aprender a regularlas por sus propios medios.

La autorregulación implica manejar los propios sentimientos y aprender a adaptarse a diferentes situaciones.

Piensa en la autoconciencia como planificación y la autorregulación como la ejecución del plan. Con esta, las personas aprenden a controlar sus emociones en lugar de permitir que sus emociones las controlen.

¿Cómo mejorar la autorregulación en el trabajo?:

  • Entender que muchas cosas están fuera de nuestro control;
  • Aliviar el estrés con pasatiempos o ejercicios de meditación;
  • Hacer una pausa antes de responder a las críticas;
  • Intervenir en los ambientes tóxicos de una manera constructiva.

3. Empatía

Quienes tienen un buen nivel de inteligencia emocional en el trabajo muestran un alto grado de empatía.

Ser empático significa ser capaz de ver lo que otras personas están pasando y entender cómo se sienten. Esto se vuelve especialmente importante cuando se toman decisiones comerciales.

Empatizar con los demás también implica leer las señales verbales y no verbales de los compañeros de trabajo, ya que es posible que no siempre digan directamente cómo se sienten.

¿Cómo mejorar la empatía para una mejor inteligencia emocional en el trabajo?:

  • Detenerse un momento para ver una situación desde el punto de vista de otra persona;
  • Enumerar los posibles resultados de una decisión y cómo afecta a los miembros del equipo;
  • Conocer todo el equipo de trabajo;
  • Reconocer los aportes de los demás y agradecerles por expresar una opinión;
  • Elogiar regularmente el trabajo de otras personas.

4. Motivación

La motivación es un componente que se encarga de impulsar a los individuos.

Hay muchas fuentes de motivación como la riqueza, la fama y el poder, pero para las personas con alta inteligencia emocional, simplemente hacer un buen trabajo es suficiente para levantarse todas las mañanas, pues disfrutan lo que hacen, siguen sus pasiones y les encanta alcanzar metas.

En otras palabras, tienen una motivación intrínseca más que extrínseca.

De esta forma podrás mejorar la motivación intrínseca:

  • Enfócate en lo positivo;
  • Aprende nuevas competencias profesionales;
  • Sigue lo que te apasiona;
  • Practica tener una actitud optimista;
  • Evita perseguir recompensas materiales.

5. Habilidades sociales

Aquellos que quieran desarrollar una alta inteligencia emocional deben concentrarse en mejorar sus habilidades sociales.

En definitiva, acá estamos en presencia de la manera correcta de reaccionar en oportunidades sociales. Si el momento requiere palabras de aliento, dalas.

Si hay una situación en la que escuchar es importante, entonces es el momento de guardar un tiempo y enfocarse en escuchar.

Las personas con grandes habilidades sociales dicen las cosas adecuadas en el momento adecuado y comunican sus ideas para que otros puedan entenderlas.

Y, en el trabajo, así podrás mejorar tus aptitudes sociales:

  • Practica hablar en público. Por ejemplo, frente a un espejo;
  • Sé un oyente activo en todo momento;
  • Presta atención a las señales no verbales de los demás;
  • Ayuda a resolver conflictos en el lugar de trabajo siempre que surjan.

5 ventajas de aplicar la inteligencia emocional en el trabajo

Tener una cultura emocionalmente inteligente, como hemos detallado, tiene un impacto positivo en la productividad, el rendimiento y evita el ausentismo.

Esto es capaz incluso de evitar colapsos, pues se promueve una cultura organizacional que mejora los resultados en los negocios.

Entre los 5 beneficios principales de la inteligencia emocional en el trabajo, encontramos:

1. Mejor trabajo en equipo

Los empleados con mayor inteligencia emocional trabajan mejor en equipo por varias razones. Esta habilidad permite que haya comunicación efectiva, apertura al feedback y escucha activa.

De igual manera, las personas con inteligencia emocional no buscan tener control total de las situaciones debido a que también buscan mejorar la participación, y con esto favorecen los objetivos empresariales.

Los colaboradores inteligentes emocionalmente en el trabajo tienden a darle mérito a los aportes e ideas de su equipo y confían en los demás.

Cuando tienen que trabajar en equipo son considerados, reflexivos y respetuosos, lo cual es ideal para cualquier empleador.

2. Mejor ambiente de trabajo

Una fuerza laboral compuesta por empleados emocionalmente inteligentes ayuda a reducir el estrés y eleva la moral en el lugar de trabajo.

La cultura de la empresa también tiende a ser mucho más fuerte cuando la oficina está llena de personal que se respeta y se lleva bien entre sí. Además, la oficina se convierte en un espacio donde las personas disfrutan de lo que hacen y de la compañía de sus compañeros de trabajo.

3. Ajustes más fáciles

Los negocios nunca deben quedarse estancados. Es más probable que una compañía experimente cambios para adaptarse a tecnologías y mercados.

Aunque los colaboradores generalmente saben que los cambios dentro de una organización son lo mejor para la empresa, eso no significa que estarán dispuestos a aceptarlos.

Sin embargo, a los trabajadores con mayor EQ les resulta más fácil adaptarse y tienden a aceptar el cambio propuesto y a crecer con la empresa. Este rasgo de personalidad también tiende a ser contagioso y tiene un efecto positivo en otros empleados.

4. Mayor autoconciencia

Como hemos aclarado anteriormente, los sujetos con inteligencia emocional tienen claro en qué son buenos, y en aquello que no lo son tanto. También aprenden a tomar la retroalimentación para mejorar su desempeño laboral y crecer como personas.

Los gerentes están acostumbrados a tratar con personas que se ponen a la defensiva cuando reciben críticas, lo que puede generar frustración y obstaculizar la productividad.

Otras veces, a los empleados les cuesta entender sus limitaciones.

Las personas con alta inteligencia emocional son conscientes de sí mismas y saben lo que son capaces de lograr en un cierto período. En tal sentido, suelen comprometerse en función de ello. Por otra parte, otras personas tienden a prometer demasiado y cumplir de manera insuficiente.

5. Mayor autocontrol

Las personas con alto EQ saben cómo manejar situaciones difíciles. Ya sea que se trate de un superior al que no le gusta la calidad de un resultado o de un cliente que no está satisfecho, es probable que haya situaciones laborales que no sean fáciles de manejar.

En estas oportunidades, es importante mantener la calma y evitar arrebatos emocionales.

Las personas con alta inteligencia emocional saben que actuar de manera irracional o negativa solo hará que la situación empeore. Y al contrario, practicar la moderación y mostrar sus emociones de manera controlada es de gran ayuda.

¡La inteligencia emocional en el trabajo es para todos!

Una persona que carezca de inteligencia emocional, afecta a todas. Por ello, la actitud correcta debe provenir de cada perfil dentro de una empresa. Incluso cuando hablamos de trabajos en línea o de profesionales de carreras cortas.

Así, los gerentes, los trabajadores de nivel inicial, los ejecutivos, los jefes de departamento, los representantes de recursos humanos y más deben trabajar esta habilidad.

Esta necesidad crece a medida que aumenta la diversidad en el lugar de trabajo. Sin el cultivo de la inteligencia emocional surgirán conflictos y malentendidos. Con un ambiente laboral de alto EQ, las personas se sienten en un lugar positivo donde se valora y promueve el éxito y la felicidad de los demás.

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